11/8/08

LA IDENTIDAD TAMBEÑA HACE ECO EN SU REGIÓN

“Todos tenemos similitud en nuestra problemática pero nunca habíamos tenido la posibilidad de pensar posibles soluciones de manera conjunta” dice Andrés López, líder comunitario que representa al Grupo Asociativo Campesino Nueva Esperanza de la vereda Humitaro, la cual hace parte de la Corporación Surcos de Esperanza donde están afiliadas 11 agrupaciones asociativas veredales.

¿Por qué decidieron unirse?

Se decidió una unión en vista de que las propuestas, los proyectos y las iniciativas que se tenían los unos grupos, coincidían con los otros grupos, además se venía el desarrollo del II laboratorio de paz, donde se podían presentar proyectos. Entonces miramos que era mejor unir esfuerzos para que estos proyectos pudieran tener un alcance más global. Se buscaba que no fuera un proyectito pequeño para la vereda, sino que podíamos crear proyectos que beneficiaran a todo el conglomerado de las comunidades. Entonces miramos cosas afines, hicimos propuestas globales de las regiones vinculadas y vimos que era mejor trabajar de una forma asociada, por mayor fuerza.

Como líder de la comunidad ¿En que le ha aportado el proyecto de fortalecimiento del movimiento social?

Como primera fortaleza que destaco, es la posibilidad que tenemos los campesinos de sentarnos a pensar como iguales e invitar a otros gremios e instituciones para empezar a integrarnos y pensar, porque el inicio de todo proceso es integrarse para unificar criterios, yo creo que lo primero que permite el proyecto es esto, porque el campesino de mi vereda desconocía la problemática y la forma de pensar del campesino de la otra vereda, y así sucesivamente। Todos tenemos similitud en nuestra problemática, pero nunca habíamos tenido la posibilidad de pensar posibles soluciones de manera conjunta. Lo segundo, que se ha ido dando la posibilidad de adquirir un empoderamiento político y no politiquero, un empoderamiento de poder pensar en colectivo y de sentar a negociar a entidades como la gobernación y las ONG´s internacionales, sentarlas a negociar lo que nosotros proponemos. El tercero es dar la capacidad de cualificar los criterios y el pensamiento de cada uno de estos lideres para que puedan salir a multiplicarlo en cada una de sus regiones, y empezar a hacer crecer la idea de que se puede construir una democracia más participativa, más real en nuestro medio.

Para su comunidad y para usted: ¿Qué ha representado la construcción participativa del Plan de Vida?

Yo creo que es una cuestión innovadora, en el hecho que la gente empieza por primera vez a direccionar su futuro a largo plazo. Los planes de desarrollo aquí en El Tambo los hacían personas que ni se las conocía, además, eran a corto plazo; yo creo que el plan de vida tiene un mayor alcance hacia el futuro, es la primera forma de poder pensar de una forma estratégica y no táctica. Siempre respondíamos a las circunstancias de una forma ya tardía, cuando el problema se presentaba, intentábamos encontrar en ese preciso momento una solución inmediata; en este momento estamos ya pensando de una forma más estratégica de decir ¿cuáles son nuestras potencialidades?, ¿Cuáles pueden ser los posibles problemas que se pueden presentar?, ¿Cuáles son los problemas que ya existen?, ¿Cómo empezamos a coordinarnos con las potencialidades que tenemos? y, ¿Cómo contrarrestar los efectos nocivos de esos problemas?, el plan de vida tiene esa proyección a futuro. Otra cosa es que ofrece participación, la comunidad empieza a integrarse y empieza a ser conciente de que ella es también responsable de su futuro; que no es solamente la iniciativa de unos dos o tres, que la iniciativa debe surgir de todos nosotros para bien o para mal; ese es el valor de la democracia, que es mejor ser dueños de nuestros propios errores que ser esclavos de aciertos ajenos.

¿Cómo quisiera ver a su municipio en un futuro no muy lejano?

Lo que más desearía es tener una sociedad capaz de pensarse a sí misma y de representarse a sí misma, una sociedad con sujetos políticos; un sujeto que reconoce que tiene unos deberes intrínsecos a su propia vida; cuando toda la comunidad entienda eso también va a entender que para tener esos derechos y poder garantizárselos, tiene que cumplir unos deberes como ciudadanos. Cuando seamos buenos ciudadanos tendremos derecho a tener una buena vida, y así podremos ir articulando lo que queremos a nivel económico, social, cultural, ambiental y político.

Dentro de las actividades del proyecto de fortalecimiento ¿Qué cree usted que se debería incluir para el próximo año?

Entendemos que si somos un movimiento social tenemos que unificarnos más en la represtación de las comunidades dentro del proceso, yo creo que debemos ampliar más los espacios de discusión, de diálogo y concertación con las comunidades, debemos ir a las veredas y a los escenarios propios de los campesinos y empezar a crear allá esos espacios. Creo también necesario profundizar en un conocimiento más real y más técnico de cómo funciona el estado y cuáles son las verdaderas funciones que debe cumplir una sociedad organizada y civilizada. Tenemos que desarrollar mas conceptos como cultura ciudadana, cultura política y sobre la constitución Colombiana. Creo que los campesinos deben empezar a conocer más sus derechos y sus deberes a través de la constitución, que empiecen a saber más de cuáles son las responsabilidades del estado y cuáles son sus obligaciones para que las cumplan, para que los derechos se puedan volver exigibles y no unos derechos meramente mendigantes.

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