El Movimiento Social de los Municipios de la Cordillera Occidental del Alto Patía tiene sus orígenes en la década del 80, cuando la sequía que se presentaba en la zona, especialmente en los municipios de Leiva, El Rosario y Policarpa, generó un periodo de hambre y miseria, ligado al abandono y la falta de presencia del Estado.
En 1988 se llevo a cabo la primera reunión del Movimiento Social con representantes del Gobierno Nacional en el municipio de El Rosario, desde entonces, fueron surgiendo un buen número de líderes comunitarios que se unificaron con el propósito de resolver sus necesidades más urgentes. Mas adelante y gracias a la ayuda de sacerdotes Suizos y de los padres Jesuitas se comenzó un proceso de formación e impulso a los líderes para que ganaran mayor conciencia y reclamaran sus derechos exigiendo la presencia de programas y proyectos gubernamentales en la región; fue a así como las comunidades locales que estaban inconformes por el abandono estatal empiezan a organizarse y a reclamar sus derechos, de manera que en 1996 se lleva acabo una movilización pacífica hacia la carretera panamericana, con el objetivo de llamar la atención del Gobierno Nacional y reclamar de éste acciones concretas que permitieran salir de la grave crisis económica que se acentuaba aún más en las épocas de verano.
El proceso de movilización y posicionamiento del Movimiento Social, se inicia el 17 de Octubre de 1996 con la marcha de los habitantes de siete cabeceras de los municipios de la cordillera. El ministro del interior de la época Horacio Serpa, es informado que si los marchantes no eran escuchados, harían un paro indefinido en plena vía panamericana y es por esto que el presidente Samper decide nombrar al señor Jaime Navarro como representante del gobierno para adelantar las negociaciones. Navarro procedió entonces a reunirse con los líderes de la comunidad intentando resolver las necesidades más urgentes, para lo cual convocó la participación de varios delegados de diferentes ministerios y de algunas entidades del nivel departamental y nacional. Para ese entonces, el alcalde del municipio de Policarpa era el señor Miguel Ángel Grajales, quien jugo un papel muy importante como autoridad local, poniéndose al frente de la situación junto a otros alcaldes y concejales de la llamada Asociación de Municipios de la Cordillera Occidental (ASOCORO).
En 1988 se llevo a cabo la primera reunión del Movimiento Social con representantes del Gobierno Nacional en el municipio de El Rosario, desde entonces, fueron surgiendo un buen número de líderes comunitarios que se unificaron con el propósito de resolver sus necesidades más urgentes. Mas adelante y gracias a la ayuda de sacerdotes Suizos y de los padres Jesuitas se comenzó un proceso de formación e impulso a los líderes para que ganaran mayor conciencia y reclamaran sus derechos exigiendo la presencia de programas y proyectos gubernamentales en la región; fue a así como las comunidades locales que estaban inconformes por el abandono estatal empiezan a organizarse y a reclamar sus derechos, de manera que en 1996 se lleva acabo una movilización pacífica hacia la carretera panamericana, con el objetivo de llamar la atención del Gobierno Nacional y reclamar de éste acciones concretas que permitieran salir de la grave crisis económica que se acentuaba aún más en las épocas de verano.
El proceso de movilización y posicionamiento del Movimiento Social, se inicia el 17 de Octubre de 1996 con la marcha de los habitantes de siete cabeceras de los municipios de la cordillera. El ministro del interior de la época Horacio Serpa, es informado que si los marchantes no eran escuchados, harían un paro indefinido en plena vía panamericana y es por esto que el presidente Samper decide nombrar al señor Jaime Navarro como representante del gobierno para adelantar las negociaciones. Navarro procedió entonces a reunirse con los líderes de la comunidad intentando resolver las necesidades más urgentes, para lo cual convocó la participación de varios delegados de diferentes ministerios y de algunas entidades del nivel departamental y nacional. Para ese entonces, el alcalde del municipio de Policarpa era el señor Miguel Ángel Grajales, quien jugo un papel muy importante como autoridad local, poniéndose al frente de la situación junto a otros alcaldes y concejales de la llamada Asociación de Municipios de la Cordillera Occidental (ASOCORO).
Las negociaciones relacionadas con este movimiento popular se llevaron acabo en diciembre de 1996 a partir de un pliego de peticiones que incluía las necesidades más sentidas por la comunidad en los campos de la salud, educación, vías, electrificación e infraestructura. Gracias a esta movilización se lograron las siguientes reivindicaciones: Para el municipio de Los Andes, la adjudicación de plazas para docentes, el mejoramiento y adecuación de aulas escolares y la asignación de recursos para puestos de salud en las veredas.
Para el municipio de Policarpa se obtuvieron cerca de trescientos millones de pesos destinados a mejorar los ingresos de los profesores que ganaban un sueldo muy bajo, pero además, el movimiento sirvió para que la nación los acogiera dentro del fondo de compensación educativa, también se logro la electrificación de un 70% del municipio, la ampliación de la vía El Remolino – Policarpa por un valor de mil cuatrocientos millones de pesos, la construcción de aulas educativas en diferentes corregimientos, construcción de puestos de salud en Santa Cruz, San Roque y San Pablo; así mismo se obtuvieron recursos para capacitación de líderes con el Segundo Laboratorio de Paz, enfocados a la integración de las organizaciones sociales, el respaldo a proyectos y la conformación a futuro de una estructura sólida para el Movimiento Social de la región.
Para el municipio de El Tambo se lograron recursos económicos que contribuyeron al mejoramiento del Hospital, fortalecimiento de organizaciones campesinas, arreglo de la vía El Tambo - El Motilón, incremento en un 20% de la cobertura del Sisben. De igual manera se construyó un distrito de riego en San Francisco (El Peñol) por un valor que superó los 2.500 millones de pesos.
Para el Municipio de Leiva se lograron conseguir proyectos importantes como la electrificación, apertura de vías, telefonía compartel para el área rural y el nombramiento de plazas para los profesores, además de recursos en el área social para educación, salud, acueductos, alcantarillado, construcción de vías y capacitación en formación a la comunidad.
Para el municipio de El Rosario se consiguieron recursos para la escuela, una ambulancia, mejoramiento del acueducto y vías; También se trabajó en formación de liderazgos y se obtuvieron recursos nuevos para inversión social. Para el Corregimiento de El Remolino se consiguió el aumento de salarios a los profesores y el puente sobre el río Patía, entre otros logros.
Actualmente el Movimiento Social ha venido trabajando en el Plan de Vida, que es un instrumento importante porque permite que la comunidad elabore y presente proyectos ante las administraciones locales, nacionales y a entidades internacionales, con el propósito de resolver las necesidades más urgentes y generando una revolución de pensamiento para la negociación, de manera que se reduzca la necesidad de bloquear las vías o acudir a otras medidas de hecho para ser escuchados y atendidos por las diferentes entidades gubernamentales. La elaboración y seguimiento del Plan de Vida es un instrumento encaminado al Desarrollo Regional Sostenible que busca construir una visión clara de lo que ha sido, lo que es y lo que quiere ser la comunidad, apuntando a rescatar la paz, la tranquilidad y la identidad cultural.
Durante la construcción del Plan de Vida se ha logrado comprender el concepto de “Sostenibilidad Regional” como un proceso que articula los esfuerzos, diferencias, potencialidades y retos colectivos, para propiciar una vida digna y una convivencia armónica entre los seres humanos y entre éstos con su entorno natural, en un esfuerzo por mejorar desde el presente, el futuro de todas las formas de vida.
Las comunidades de los municipios de Leiva, El Rosario, Policarpa, Cumbitara, El Tambo y los Andes, se han dado a la tarea de construir su Plan de Vida de una forma detallada, participativa y concertada, consolidando un documento en el que se ha plasmado los mejores valores de la comunidad, se han expresado sus sueños y esperanzas de futuro, sus fortalezas, sus retos y sus ganas de actuar estratégica y articuladamente.
La construcción de los Planes de Vida se basa en metodologías de planeación Prospectiva y Estratégica, asociados al concepto de Sostenibilidad Regional, permitiendo planear la forma de hacer realidad los sueños a futuro en los componentes político, económico, social, cultural y ambiental.
Se espera que este Plan de Vida sirva para cualificar las capacidades de las comunidades, así como para comprender y dinamizar los diversos procesos políticos, económicos, culturales, sociales y ambientales que se desarrollan en el territorio como pasos que lleven hacia la construcción de una región verdaderamente Sostenible. Se tiene la esperanza que el Plan de Vida será un elemento que permita ordenar la acción, la gestión y la inversión en la región, de manera que oriente la construcción de los programas de gobierno y los futuros Planes de Desarrollo Municipal y Departamental, que sirva además, para cualificar y consolidar espacios organizativos, para desarrollar procesos de mejoramiento institucional, para articular a los diversos actores sociales e institucionales del territorio en torno a propósitos comunes y para poner al servicio de la Construcción de Región Sostenible, todos los conocimientos, acciones y afectos que hacen parte de nuestro espíritu campesino.
Para el municipio de Policarpa se obtuvieron cerca de trescientos millones de pesos destinados a mejorar los ingresos de los profesores que ganaban un sueldo muy bajo, pero además, el movimiento sirvió para que la nación los acogiera dentro del fondo de compensación educativa, también se logro la electrificación de un 70% del municipio, la ampliación de la vía El Remolino – Policarpa por un valor de mil cuatrocientos millones de pesos, la construcción de aulas educativas en diferentes corregimientos, construcción de puestos de salud en Santa Cruz, San Roque y San Pablo; así mismo se obtuvieron recursos para capacitación de líderes con el Segundo Laboratorio de Paz, enfocados a la integración de las organizaciones sociales, el respaldo a proyectos y la conformación a futuro de una estructura sólida para el Movimiento Social de la región.
Para el municipio de El Tambo se lograron recursos económicos que contribuyeron al mejoramiento del Hospital, fortalecimiento de organizaciones campesinas, arreglo de la vía El Tambo - El Motilón, incremento en un 20% de la cobertura del Sisben. De igual manera se construyó un distrito de riego en San Francisco (El Peñol) por un valor que superó los 2.500 millones de pesos.
Para el Municipio de Leiva se lograron conseguir proyectos importantes como la electrificación, apertura de vías, telefonía compartel para el área rural y el nombramiento de plazas para los profesores, además de recursos en el área social para educación, salud, acueductos, alcantarillado, construcción de vías y capacitación en formación a la comunidad.
Para el municipio de El Rosario se consiguieron recursos para la escuela, una ambulancia, mejoramiento del acueducto y vías; También se trabajó en formación de liderazgos y se obtuvieron recursos nuevos para inversión social. Para el Corregimiento de El Remolino se consiguió el aumento de salarios a los profesores y el puente sobre el río Patía, entre otros logros.
Actualmente el Movimiento Social ha venido trabajando en el Plan de Vida, que es un instrumento importante porque permite que la comunidad elabore y presente proyectos ante las administraciones locales, nacionales y a entidades internacionales, con el propósito de resolver las necesidades más urgentes y generando una revolución de pensamiento para la negociación, de manera que se reduzca la necesidad de bloquear las vías o acudir a otras medidas de hecho para ser escuchados y atendidos por las diferentes entidades gubernamentales. La elaboración y seguimiento del Plan de Vida es un instrumento encaminado al Desarrollo Regional Sostenible que busca construir una visión clara de lo que ha sido, lo que es y lo que quiere ser la comunidad, apuntando a rescatar la paz, la tranquilidad y la identidad cultural.
Durante la construcción del Plan de Vida se ha logrado comprender el concepto de “Sostenibilidad Regional” como un proceso que articula los esfuerzos, diferencias, potencialidades y retos colectivos, para propiciar una vida digna y una convivencia armónica entre los seres humanos y entre éstos con su entorno natural, en un esfuerzo por mejorar desde el presente, el futuro de todas las formas de vida.
Las comunidades de los municipios de Leiva, El Rosario, Policarpa, Cumbitara, El Tambo y los Andes, se han dado a la tarea de construir su Plan de Vida de una forma detallada, participativa y concertada, consolidando un documento en el que se ha plasmado los mejores valores de la comunidad, se han expresado sus sueños y esperanzas de futuro, sus fortalezas, sus retos y sus ganas de actuar estratégica y articuladamente.
La construcción de los Planes de Vida se basa en metodologías de planeación Prospectiva y Estratégica, asociados al concepto de Sostenibilidad Regional, permitiendo planear la forma de hacer realidad los sueños a futuro en los componentes político, económico, social, cultural y ambiental.
Se espera que este Plan de Vida sirva para cualificar las capacidades de las comunidades, así como para comprender y dinamizar los diversos procesos políticos, económicos, culturales, sociales y ambientales que se desarrollan en el territorio como pasos que lleven hacia la construcción de una región verdaderamente Sostenible. Se tiene la esperanza que el Plan de Vida será un elemento que permita ordenar la acción, la gestión y la inversión en la región, de manera que oriente la construcción de los programas de gobierno y los futuros Planes de Desarrollo Municipal y Departamental, que sirva además, para cualificar y consolidar espacios organizativos, para desarrollar procesos de mejoramiento institucional, para articular a los diversos actores sociales e institucionales del territorio en torno a propósitos comunes y para poner al servicio de la Construcción de Región Sostenible, todos los conocimientos, acciones y afectos que hacen parte de nuestro espíritu campesino.
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